En una casa de zinc vive Catalina y su hija Maria, madre
soltera catalina trabaja desde los quince años como servicio en una casa
de familia pudiente que solo le da para poder mantener a su hija.
Maria es una niña de siete años que apenas esta empezando a crecer,
su cuerpo bien formado se hace atractivo para los hombres del barrio,
entre ellos Luís, el novio de su madre.
Como todo los días Catalina cumple horario de siete de la mañana
hasta las ocho de la noche llega a casa cansada, Maria va a la escuela y
luego se queda en casa esperando a su madre, la vecina esta pendiente
de la niña, pero ella tiene su vida, le dice a Catalina cada vez que le
pide el favor de cuidarla.
Maria sabe defenderse – dice su madre- solo necesito que la vigilen y
le den unas vueltas de vez en cuando. Catalina una vez a la semana deja
que su pareja se quede con ella, pero esta vez no fue así estaba
cansada y no podía atenderlo, el novio molesto con ella se va pero dice
que volverá por lo suyo.
Catalina hace caso omiso a la advertencia ya que no era la primera
vez que amenazaba con eso, pero esta vez cumplió. Maria había llegado
del colegio y se encontraba en ropa ligera dispuesta a dormir, cuando de
repente tocan a la puerta, era Luís el concubino ocasional de la mamá,
en su inocencia le abre para decirle que no esta y que el sabe a que
hora llega.
Su dulce inocencia hace que no alerte el peligro que le acechaba, el
hombre de mentalidad morbosa invita a la niña a jugar la convivencia de
papa y mama, le repite una y otra vez lo hermosa que es la niña y
comienza a tocar sus partes íntimas.
Entrada la noche llegó Catalina, buscando a Maria se encuentra con
la niña desnuda sobre la cama sin habla, Catalina solo se recostó al
lado de ella y se durmió del cansancio.
Empiezan a aparecerle moretones en su cuerpo, en su ignorancia
Catalina solo dice que se cayo hasta ahora la niña no habla, le tiene
miedo a la oscuridad, de noche solloza y se levanta asustada con la cama
empapada de puro orine.
Catalina comienza a sospechar que algo tiene la niña, en la escuela
la maestra nota un cambio también , la niña pelea constantemente y
siente un rechazo a su profesor de educación física no permite que la
toquen.
A pesar de su situación humilde Maria esta en un buen colegio,
tienen una psicóloga, a la niña la remiten con ella para conocer su
cambio de conducta, a lo cual se suma la intervención de la madre pero
Catalina no tiene tiempo de asistir, la psicóloga después de varios
meses logró ganarse la confianza de la menor a lo cual entendió su gran
problema la niña sufrió de ABUSO SEXUAL.
Esto es un simple cuento pero podría pasarle a cualquier persona no
importa su clase social, Maria podría ser tu hija.
Abuso sexual infantil
Todo acto de naturaleza sexual en el que son comprometidos sujetos
que se encuentran por debajo de la edad de consentimiento y cuyo fin
principal es la gratificación sexual de la persona sexualmente madura,
es considerado Abuso Sexual.
La capacidad para consentir depende de la maduración de la víctima y
de su vínculo con el agresor, esto se refiere a una persona sexualmente
madura a diferencia de adulto ya que existen agresores sexuales que no
han alcanzado la mayoría de edad.
La situación es más preocupante cuando las informaciones señalan que
las víctimas suelen ser menores de 7 años de edad. Aunque la mayoría
sean niñas, en los últimos años el registro de varones ha incrementado.
En el caso de abusos a menores la victima es atacada por una
persona conocida, el índice de abuso sexual en Venezuela contra niños y
niñas entre 13 y 14 años es muy alto ya que el 97% de las victimas son
del sexo femenino.
Las señales que debe tener en cuenta los padres o la persona
responsable de cualquier menor que se piense que ha sido abusado
sexualmente son las siguientes: dolor, hinchazón o picazón en la zona
genital, dificultad para caminar y sentarse, dolor al orinar,
contusiones o moretones. En muchos casos en el sexo femenino trae como
consecuencia el embarazo si la victima sobrepasa los diez años.
(www.guiasalud.com).
El comportamiento del niño también puede ser otro factor indicativo
de que haya sido ultrajado, entre las señales se destacan estrés severo,
agresividad, en niños pequeños efectos regresivos como mojar la cama,
miedos repentinos a la oscuridad, fobias como a los hombres, intentos
suicidas, abuso de drogas y alcohol.
Perfil del abusador
En cuanto al perfil de los abusadores la mayoría oscila entre las
edades de 18 a 45 años, y a pesar que gran parte de los abusos son
cometidos por hombres, se estima que entre un 10% a 20% lo realizan las
mujeres, según estudios internacionales, permanentemente siempre es una
persona conocida.
Prestar atención al menor es la mejor protección contra el abuso
sexual. La primera recomendación es enseñarle a no hablar con extraños, a
no recibir favores ni dinero de personas desconocidas, a desenvolverse
por si mismo y pedir ayuda a un adulto si otra persona mayor los molesta
o acosa.
“Recuerde siempre que en estas épocas en que los niños están cada
vez más solos, no se trata de sobreprotegerlos, sino de que sepan
defenderse del abuso sexual. No es necesario que usted. sea un
especialista en el tema, haga que su hijo sepa que cuenta con sus
padres”. Consulte libros de educación sexual y póngalos a la mano de su
hijo”. Recomienda la página de Internet (www.latinsalud.com)
El papel de la familia es esencial en la recuperación física y
emocional del niño que ha sufrido de abuso sexual. La atención que se le
ha de proporcionar a este niño no debe únicamente centrarse en el
cuidado de sus lesiones físicas, sino debe ser coordinada entre
distintos profesionales dándole también atención psicológica.
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