miércoles, 9 de mayo de 2012

El abuso sexual infantil: Un problema de todos

En una casa de zinc vive Catalina y su hija Maria, madre soltera catalina trabaja desde los quince años como servicio en una casa de familia pudiente que solo le da para poder mantener a su hija.

Maria es una niña de siete años que apenas esta empezando a crecer, su cuerpo bien formado se hace atractivo para los hombres del barrio, entre ellos Luís, el novio de su madre.

Como todo los días Catalina cumple horario de siete de la mañana hasta las ocho de la noche llega a casa cansada, Maria va a la escuela y luego se queda en casa esperando a su madre, la vecina esta pendiente de la niña, pero ella tiene su vida, le dice a Catalina cada vez que le pide el favor de cuidarla.

Maria sabe defenderse – dice su madre- solo necesito que la vigilen y le den unas vueltas de vez en cuando. Catalina una vez a la semana deja que su pareja se quede con ella, pero esta vez no fue así estaba cansada y no podía atenderlo, el novio molesto con ella se va pero dice que volverá por lo suyo.

Catalina hace caso omiso a la advertencia ya que no era la primera vez que amenazaba con eso, pero esta vez cumplió. Maria había llegado del colegio y se encontraba en ropa ligera dispuesta a dormir, cuando de repente tocan a la puerta, era Luís el concubino ocasional de la mamá, en su inocencia le abre para decirle que no esta y que el sabe a que hora llega.

Su dulce inocencia hace que no alerte el peligro que le acechaba, el hombre de mentalidad morbosa invita a la niña a jugar la convivencia de papa y mama, le repite una y otra vez lo hermosa que es la niña y comienza a tocar sus partes íntimas.

Entrada la noche llegó Catalina, buscando a Maria se encuentra con la niña desnuda sobre la cama sin habla, Catalina solo se recostó al lado de ella y se durmió del cansancio.

Empiezan a aparecerle moretones en su cuerpo, en su ignorancia Catalina solo dice que se cayo hasta ahora la niña no habla, le tiene miedo a la oscuridad, de noche solloza y se levanta asustada con la cama empapada de puro orine.

Catalina comienza a sospechar que algo tiene la niña, en la escuela la maestra nota un cambio también , la niña pelea constantemente y siente un rechazo a su profesor de educación física no permite que la toquen.

A pesar de su situación humilde Maria esta en un buen colegio, tienen una psicóloga, a la niña la remiten con ella para conocer su cambio de conducta, a lo cual se suma la intervención de la madre pero Catalina no tiene tiempo de asistir, la psicóloga después de varios meses logró ganarse la confianza de la menor a lo cual entendió su gran problema la niña sufrió de ABUSO SEXUAL.

Esto es un simple cuento pero podría pasarle a cualquier persona no importa su clase social, Maria podría ser tu hija.

Abuso sexual infantil

Todo acto de naturaleza sexual en el que son comprometidos sujetos que se encuentran por debajo de la edad de consentimiento y cuyo fin principal es la gratificación sexual de la persona sexualmente madura, es considerado Abuso Sexual.

La capacidad para consentir depende de la maduración de la víctima y de su vínculo con el agresor, esto se refiere a una persona sexualmente madura a diferencia de adulto ya que existen agresores sexuales que no han alcanzado la mayoría de edad.
La situación es más preocupante cuando las informaciones señalan que las víctimas suelen ser menores de 7 años de edad. Aunque la mayoría sean niñas, en los últimos años el registro de varones ha incrementado.

En el caso de abusos a menores la victima es atacada por una persona conocida, el índice de abuso sexual en Venezuela contra niños y niñas entre 13 y 14 años es muy alto ya que el 97% de las victimas son del sexo femenino.

Las señales que debe tener en cuenta los padres o la persona responsable de cualquier menor que se piense que ha sido abusado sexualmente son las siguientes: dolor, hinchazón o picazón en la zona genital, dificultad para caminar y sentarse, dolor al orinar, contusiones o moretones. En muchos casos en el sexo femenino trae como consecuencia el embarazo si la victima sobrepasa los diez años. (www.guiasalud.com).

El comportamiento del niño también puede ser otro factor indicativo de que haya sido ultrajado, entre las señales se destacan estrés severo, agresividad, en niños pequeños efectos regresivos como mojar la cama, miedos repentinos a la oscuridad, fobias como a los hombres, intentos suicidas, abuso de drogas y alcohol.


Perfil del abusador

En cuanto al perfil de los abusadores la mayoría oscila entre las edades de 18 a 45 años, y a pesar que gran parte de los abusos son cometidos por hombres, se estima que entre un 10% a 20% lo realizan las mujeres, según estudios internacionales, permanentemente siempre es una persona conocida.

Prestar atención al menor es la mejor protección contra el abuso sexual. La primera recomendación es enseñarle a no hablar con extraños, a no recibir favores ni dinero de personas desconocidas, a desenvolverse por si mismo y pedir ayuda a un adulto si otra persona mayor los molesta o acosa.

“Recuerde siempre que en estas épocas en que los niños están cada vez más solos, no se trata de sobreprotegerlos, sino de que sepan defenderse del abuso sexual. No es necesario que usted. sea un especialista en el tema, haga que su hijo sepa que cuenta con sus padres”. Consulte libros de educación sexual y póngalos a la mano de su hijo”. Recomienda la página de Internet (www.latinsalud.com)

El papel de la familia es esencial en la recuperación física y emocional del niño que ha sufrido de abuso sexual. La atención que se le ha de proporcionar a este niño no debe únicamente centrarse en el cuidado de sus lesiones físicas, sino debe ser coordinada entre distintos profesionales dándole también atención psicológica.

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