Estados Unidos ha ido
intensificando operaciones de reconocimiento en África por medio de una
decena de bases aéreas secretas, según informa el diario The Washington
Post. Los militares norteamericanos utilizan pequeños aviones civiles
dotados de equipos de registro.
Desde 2007 se crearon en África central unas diez bases aéreas
estadounidenses. En este caso los militares han renunciado al uso de
aviones no tripulados, caros en su explotación y
mantenimiento. En cambio, utilizan aviones turbopropulsores pequeños
camuflados como aviones privados. Uno de los modelos más populares es la
nave monomotora turbohélice Pilatus PC-12. Aunque los aviones están desarmados, llevan sensores que pueden registrar movimiento, rastrear evidencias de calor infrarrojo e interceptar señales de radio y de telefonía móvil, según el diario.
Una de las principales se ubica fuera de Ouagadougou, capital de Burkina Faso, según el informe de The Washington Post que se basa en documentos y comentarios de personas vinculadas al programa. Desde Burkina Faso aviones estadounidenses sobrevuelan el territorio de Mali, Mauritania y otros países de la región en torno al Sahara. De esta manera Estados Unidos pretende localizar a terroristas de Al Qaeda en el Maghreb Islámico, responsable de secuestros de extranjeros occidentales.
Con los militares que realizan el programa colabora también la Agencia Central de Inteligencia de EE. UU. (CIA, por sus siglas en inglés).
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